El partido político Movimiento Ciudadano en Colima se encuentra en medio de la polémica por presunta corrupción. La presidenta estatal de MORENA, Dulce Huerta Araiza, ha señalado al delegado de este partido, Benjamín Alamillo, de haber falsificado documentos para obtener su candidatura plurinominal. Según la información publicada, Alamillo presentó una constancia de residencia falsa para probar que tiene cinco años viviendo en el estado.
A pesar de que diferentes reportes periodísticos indican que Alamillo llegó a Colima en 2023, él afirma estar viviendo en esta entidad desde hace cinco años. Este caso ha generado una gran controversia, especialmente porque Alamillo encabeza la lista de diputados plurinominales de MC.
La situación se agrava al descubrirse que Alamillo no tiene más de cinco años de residencia en Colima, contradiciendo su afirmación y levantando sospechas sobre la veracidad de sus declaraciones. A pesar de haber declarado vivir en la capital y poner como referencia de domicilio un negocio de persianas, la evidencia apunta a una manipulación de la información para obtener la constancia de residencia de manera fraudulenta. Estos señalamientos ponen en entredicho la integridad del proceso electoral y cuestionan la legitimidad de su candidatura.
Las voces críticas no se han hecho esperar, tanto en los medios de información alternativos e independientes, así como de los internautas y columnistas en las redes sociales. Por ejemplo, Manuel Agustín Trujillo, militante del PRI, ha levantado interrogantes sobre el registro de candidatos plurinominales de MC en Colima, señalando la ausencia de escándalo y la falta de atención mediática al respecto.
Este silencio ante posibles actos de corrupción mina la confianza en las instituciones democráticas y en el sistema electoral, dejando en evidencia la impunidad y la falta de rendición de cuentas en el ámbito político. Parecería que es tiempo de que se haga justicia y se investigue a fondo este caso para restaurar la confianza del pueblo en sus representantes y en el proceso democrático.
Editorial