Para muchos fue un giro inesperado en el panorama político de Colima, para otros ya se veía venir: Griselda Martínez generó controversia cuando forjó su alianza con Movimiento Ciudadano (MC) para hacer equipo de manera directa e indirecta con las personas vinculadas al sonado desfalco del Gobierno del Estado, cuyos acusados hoy en día están vinculados a proceso penal, como es el caso del exsecretario de Finanzas Carlos Arturo Noriega García, esposo de la alcaldesa con licencia de Colima, Margarita Moreno, quien actualmente contiende por repetirse en el cargo.

Esta alianza levanta desde luego interrogantes por las motivaciones detrás de las decisiones de Griselda, a quien parece no importarle no solo el oscuro pasado sino también el oscuro presente de sus nuevos amigos políticos. Carlos Noriega, quien también ostenta el cargo de diputado con licencia, enfrenta cargos de peculado y presunto uso indebido de funciones, derivados de su participación en el desvío de recursos públicos durante la administración de Nacho Peralta, tal como lo notifica la Fiscalía Anticorrupción en sus acusaciones detalladas, señalando el otorgamiento irregular de préstamos a empleados de la Secretaría de Planeación, así como la falta de reintegro de fondos a las arcas estatales.

Esta investigación también revelaría esquemas de desvío de más de 70 millones de pesos destinados al Instituto de Pensiones, afectando a múltiples dependencias gubernamentales a través de 40 transferencias bancarias realizadas durante noviembre de 2020. Este escándalo de corrupción ha sacudido desde entonces los cimientos políticos de Colima, generando indignación y demandas de transparencia por parte de la ciudadanía.

En medio de este contexto de crisis ética y política, Griselda Martínez decidió asociarse con Margarita Moreno, esposa de Noriega. Esta alianza es vista por muchos como un intento desesperado por mantenerse en el poder, derivado de su ambición y aparente falta de escrúpulos.

En un momento en que la ciudadanía clama por un cambio real y una rendición de cuentas por parte de sus líderes políticos, la alianza de Griselda Martínez con quienes están bajo el escrutinio de la justicia plantea serias dudas sobre su idoneidad para representar los intereses del pueblo de Colima. La transparencia y la integridad deben ser los pilares fundamentales de cualquier líder político, y es responsabilidad de la sociedad exigir que aquellos que buscan ocupar cargos de poder estén verdaderamente comprometidos con estos principios.